1915 – 1916
VIVIENDAS DE LUISA RODRÍGUEZ ARZUAGA
(calle marqués Villamejor)
Antonio Palacios ya había trabajado en dos ocasiones en la calle marqués de Villamejor, la primera en 1903 para reformar el edificio de viviendas de Luis Harguindey, en el número 7, y la segunda en 1906 para construir el edificio de viviendas de Tomás Rodriguez, en el número 3. En 1914, Luisa Rodríguez Arzuaga encargó al arquitecto el diseño del edificio que ocuparía el número 1 de esta misma calle, que estaba destinado a viviendas de alquiler.
Como es habitual en estas tipologías diseñadas por Palacios, el arquitecto estableció dos viviendas por planta, a excepción de la principal que constituía una sola. Cada vivienda contaba con vestíbulo, comedor, despacho, dormitorios principales y para el servicio, baños principales y para el servicio, ropero y cocina. El semisótano albergaría la entrada del servicio, además de la calefacción, las carboneras y unos almacenes para los inquilinos. El interior del edificio se articulaba en torno a un patio circular que se proyectaba hacia arriba, hasta terminar en un torreón cilíndrico con linterna en la azotea. Para que las habitaciones interiores aprovecharan mejor la luz que entraba por el patio principal y por los dos traseros, Palacios curvó sus ángulos, propiciando también una circulación más orgánica y fluida entre las diferentes zonas de las viviendas.
El acceso al edificio se realizaba mediante el chaflán creado aprovechando la convergencia de la calle marqués de Villamejor con paseo de la Castellana. En el amplio vestíbulo encontramos una pequeña escalera de tres tramos que lleva a un pequeño distribuidor que da a las viviendas de la planta baja y a la escalera principal que conecta con el patio y cuya forma circular envuelve al ascensor.
La fachada combina elementos verticales, como las ventanas y los miradores con otros horizontales como cornisas y balaustradas en un armónico equilibrio que aporta elegancia y fuerza. Un torreón de planta hexagonal con pináculos corona el chaflán, al que se adapta para imprimir verticalidad y monumentalidad.
A pesar de que las obras se ejecutaron entre 1915 y 1916, el edificio no se pudo habitar hasta 1919, debido al permiso especial que tuvo que ser concedido por el Ayuntamiento de Madrid por exceder el inmueble la altura máxima permitida.
En 2003 se llevó a cabo una reforma integral para convertirlo en oficinas y el patio se cubrió con un castillete que modificó su configuración exterior.